El impacto positivo que la energía limpia puede tener en nuestro medio ambiente es bien conocido. A diferencia de sus homólogos alimentados con combustibles fósiles, los vehículos eléctricos (VE) no emiten gases de efecto invernadero dañinos. Los paneles solares simplemente utilizan la energía de la luz del sol, y los derramamientos devastadores del aceite que pueden envenenar la fauna son de ninguna preocupación en los lugares donde los hogares son accionados por hidroelectricidad.
Menos discutido es el poder de la energía limpia para transformar las comunidades e incluso nuestras mentes. Sin embargo, eso es exactamente lo que la empresa de tecnología Pavegen está haciendo con su sistema de pisos inteligentes, que utiliza baldosas de suelo triangulares para transformar la energía cinética de los pasos de una persona en electricidad que se puede utilizar para alimentar todo, desde farolas a señales cercanas.
Un futuro más brillante
Para ello, Pavegen se asoció con el programa Shell LiveWIRE para ver si podían usar sus baldosas para transformar la vida de las personas que viven en Morro da Mineira, una favela brasileña plagada de violencia y pobreza. A través de la asociación, la compañía reconstruyó el campo de fútbol en ruinas de la favela. “Instalamos 200 de nuestras baldosas en este terreno, y usamos la energía de gente jugando al fútbol para iluminarla”, explica Kemball-Cook.
No sólo es esta luz dando a los jóvenes un lugar seguro para socializar por la noche, también está teniendo un gran impacto en la comunidad en la que viven. “Se están creando tiendas alrededor del campo de fútbol y se han iniciado negocios”, dice Kemball-Cook.
“Toda esta comunidad ahora está inspirada y impulsada por la energía de los pasos”.
El proyecto fue un éxito tal que Pavegen lo replicó el año siguiente en Lagos, Nigeria, asociándose con el artista de grabación y empresario solar Akon para colocar 100 azulejos debajo del campo de fútbol en el Colegio Federal de Educación, que estaba funcionando enteramente de generadores diesel en el hora. Ahora, esos estudiantes tienen su propio entorno de juego seguro.